22 de mayo de 2011

Shinom Hell's Fall: Prólogo


Shinom Hell's Fall

Prólogo




¿Creen que lo saben todo? Puede que lo que les vaya a contar no les guste... Si buscan una historia feliz, sigan buscando... Ésta es la historia de aquellos que caímos... De aquellos que luchamos... De aquellos que... Morimos



Aún no recuerdo que fue lo que sucedió...


No te sabría decir qué fue cierto y qué no...


Todo fue tan rápido...


Todo fue tan terrorífico...


Vivo... o vivía en lo que aquel entonces era la ciudad de Nueva York...

Era el nuevo cura de una de las pocas iglesias católicas que quedaban en la ciudad. Las quejas, los manifestantes y los tomates que nos lanzaban algunos fanáticos protestantes, eran diarios. Cada día observaba como ambas iglesias se mataban por conseguir nuevos párrocos. Olvidaban las vidas que todos los días se perdían en las calles, los dejaban morir, ayudando solo a una décima parte de aquellos que necesitaban nuestra ayuda.

Recuerdo que cada día daba un paseo por la ciudad, contemplando los destrozos de nuestra sociedad. Miraba como la gente caminaba al costado de de vagabundos y gente que moría por dentro. No había ningún día en el que me preguntara ¿qué nos ha pasado? ¿Acaso ya hemos caído en una oscuridad de la que no podremos salir? Lo peor de todo era que nosotros, quienes se suponían que debíamos ayudar a los demás, nos peleábamos entre hermanos por unos míseros centavos. A pesar de lo que había pasado en Japón y en el resto del mundo, nuestra humanidad seguí sepultada en nuestro cuerpo. Nos aislábamos de los demás, teniendo miedo al dolor nos convencíamos que lo más importante era nuestra vida, y aquellos que eran caritativos, acababan muriendo sacrificando su vida por la de los demás.

¿Acaso nos merecíamos un futuro mejor? Me hubiese gustado darle a mi hija una vida mejor, sobre todo después de la muerte de su madre. Por eso me arrojé a los brazos de Dios, para descubrir el camino que tenía que seguir. Aún recuerdo ese día, pero no la fecha. No podría haber sido en otro día más normal.

Daba mi paseo, que casi era diario, reflexionando sobre nuestro futuro. A la vuelta, cruzando por Central Square, a eso de las 18:30 aproximadamente, hora en la que la mayoría de jóvenes volvían de compras o iban a los centros comerciales. Recuerdo que como todos los días, esa tarde estaba repleto de gente de todas las edades, pero la mayoría jóvenes. Pero algo extraño sucedió ese día. Las pantallas gigantes de la plaza se encendieron y en ellas aparecía un boletín informativo de la casa blanca. No llegó a aparecer la imagen del presidente, cuando un sonido sordo invadió la ciudad. Se propagó por el cielo un sonido similar al que hace la tierra cuando tiembla tras que le caiga un rayo encima. De forma inexplicable... puede que sea increíble... pero una grieta se comenzó a abrir paso por el cielo, como si siempre hubiésemos estado en un mundo artificial. La grieta llegó a tener el tamaño de media Manhattan.

Una vez se detuvo, comenzó a abrirse y una enorme luz roja provenía de su interior, como si viniera del propio centro de la tierra. A pesar de ser de día, el cielo comenzó a oscurecerse, como si una manta de muerte asesinara todos los colores del cielo. El sol quedó reducido a una especie de luna naranja, en una noche sin estrellas y sin luna. 

No sabría decirles si lo que vi era cierto o no...

La gente estaba inmóvil, colapsada. En la grieta pudimos distinguir una pequeña figura. De ella salió una especie de rayo negro que impactó con la pantalla e hizo que ésta se hiciera añicos. Y un sonido sordo inundó la ciudad. Era similar al aleteo de las aves y al zumbido de los insectos. Un zumbido horrible, que penetraba en la cabeza que aún me sigue atormentando. Al volver la cabeza pude contemplar como de la grita surgía una nube negra que caía hacia la ciudad. Al principio creí que era una de las plagas de la biblia.

Todo el mundo comenzó a correr. Yo seguía inmóvil, creyendo que era una obra del señor, para hacernos pagar de nuestros pecados. Pero pude distinguir como, una especie de gárgola, con los ojos rojos brillantes, totalmente negra, se llevaba a una mujer que tenía a pocos metros delante de mí. Seguí su trayectoria, viendo como aquella mujer era desmembrada por los aires y comida mientras chillaba de horror. Hubo un destello, y un autobús amarillo que se encontraba en una de las calles más cercanas explotaba y ardía. De su interior comenzaron a caer pequeños seres prendidos fuego, que caían de la ventana y daban vueltas por el suelo, mientras pegaba gritos ahogados.

Cuando volvía a mirar hacia el centro de la plaza el panorama había cambiado radicalmente. Cientos de esas gárgolas volaban por el cielo, disparando algo parecido a bolas de fuego que al entrar en contacto con algo explotaban. Bajaban y se llevaba víctimas o se quedaba en el suelo. También caían otro tipo de criaturas que no tenían alas. A unos metros detrás de mí, uno de estos demonios cayó encima de una tienda aplastándola por completa. Milésimas de segundos después, otra de esas gárgolas caía encima de una joven y comenzaba a morderla y a devorarla mientras aún vivía. El joven que estaba con ella, aparentemente el novio, se lanzó sobre la criatura sin arma alguna. Ésta lo envió a volar con su cola, que en la punta tenía espinas. Por el golpe, supuse que el joven había muerto. De repente, el demonio se percató de mi presencia y dejó a la joven, aún viva, para dirigirse hacia a mí. Pego un salto y cayó encima mío.

Tenía los ojos rojos, como si en su interior hubiese un odio incontenible. Abrió su boca y sus alas y yo cerré los ojos aguardando mi fatídico final. Oigo el sonido sordo de un disparo y noto que la criatura ya no está encima de mí. Abro los ojos y veo a pocos pasos a policía con una escopeta que hacía señas de que me levantase y me decía algo que no oía. Los gritos de dolor y pánico se mezclaban en el ambiente, y eran lo suficientemente penetrantes como para que no pudiera oír ni mis pensamientos. Al menos no recuerdo nada más que esos gritos.

Mientras me ponía de pie miré a la joven que había sido atacada. Casi la mayoría de la parte derecha de su cuerpo había sido arrancada y estaba rodeada por un lago de sangre. Lo peor de todo era que aún intentaba respirar. Miré a aquél extraño monstruo y comencé a correr en sentido contrario. Las bolas roja que disparaban viajaban por doquier. La gente caía abatida, ya sea por balas o por las bestias, mientras todos corríamos hacia una de las calles secundarias. Los furgones de la policía llegaban donde hasta donde estaba el autobús incendiado. Aquellos muñecos de fuego, les llamo así para no pensar que eran niños, ya no se movían. El suelo era de coló rojo, era sangre.

Al ver a la gente entrar al metro se me ocurrió que probablemente sería una buena idea, pero justo en el momento en que se me ocurrió que debía intentarlo, se oye una explosión y la entrada del metro se levanta un par de metros del suelo. De su interior sale una especie de lagarto negro con los ojos rojos, igual que el de las otras criaturas. Seguí corriendo hacia la calle, medio inclinado y tapándome la cabeza y mirando solo para delante, evitando cualquier contacto con aquel entorno. Al entrar en la calle, pude ver como la gente entraba en las tiendas y en las casas, cuyas puertas estaban destrozadas, aunque dudo que hayan sido los demonios quienes las rompieran todas. Había gente que volvía hacia Central Square espantada de lo que había en la dirección a la que me dirigía, mirando hacia atrás. En ese momento me detuve.

En la dirección en la que corría yo y la mayoría de la muchedumbre había al final más demonios que iba abatiendo a todos los que se aproximaban. Era como una especie de carrera por pasar sin que los tocaran, sin importar quienes fueran los que cayeran. Volví la vista a la plaza y lo que vi me quitó las pocas esperanzas que tenía.

Uno de los edificios se había derrumbado y encima de los escombros se podía ver la inmensa figura de una especie de gorila gigante, luego pensé que no era un gorila sino una especie de dinosaurio, con los ojos rojos. La plaza estaba en llamas y llena de demonios y de personas que corrían de un lado a otro. De repente el mono abre su boca y de ella sale una enorme luz roja que se impacta en el edificio que estaba a unos metros de mí. La Explosión no me alcanzó y la onda expansiva apenas me movió del sitio. Los escombros volaron por la calle aterrizando encima de todos los transeúntes que había por allí. Fue entonces cuando me di cuenta que había pocos coches.

Me cubrí la cabeza y sentí como pequeñas rocas caían encima de mí. De golpe todo comienza a silenciarse y oigo un sonido sordo que lo comienza a apagar todo. Sentí como una brisa sopla y me quita aquel abrumador calor que no había notado hasta aquel momento. Al mirar hacia arriba vi como el edificio caía sobre mí...


[COMO PUDIERON VER, SHINOM HELL'S FALL ES UNA HISTORIA A PARTE DEL ARGUMENTO PRINCIPAL DE SHINOM. ÉSTA TRATA DE LA VIDA DE DIFERENTES PERSONA DE DIVERSOS LUGARES DEL MUNDO, EN ÉSTE CASO EL DE UN ESTADOUNIDENSE, TRAS LA INVASIÓN DE LOS DEMONIOS A LA TIERRA. LA HISTORIA ENSEÑARÁ ALGO QUE NO SE TOCA EN EL GUIÓN PRINCIPAL QUE ES CÓMO CAE, EN MENOS DE UNA SEMANA, TODA LA HUMANIDAD. COMO HABRÁ PODIDO DEDUCIR NO ES APTA PARA TODO PÚBLICO YA QUE TIENE ESCENAS DE EXPLÍCITA VIOLENCIA. ESPERO QUE LES GUSTE]

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